En el vertiginoso mundo del trabajo y la educación, es común sentir la presión de realizar muchas tareas a la vez. Este fenómeno, conocido como multitasking, puede parecer eficiente, pero en realidad, puede llevar a una menor productividad y un mayor estrés
El término multitasking estaba inicialmente circunscripto a la tecnología y la informática, pero pero con el tiempo, ha permeado en el ámbito social. Aunque algunos pueden considerarlo como una muestra de habilidad y eficiencia, la realidad es que nuestra mente no está diseñada para manejar múltiples tareas de manera simultánea. De hecho, numerosos estudios han demostrado que el multitasking disminuye la calidad de nuestro trabajo y aumenta la probabilidad de cometer errores.
En contraposición al multitasking, el monotasking se refiere a concentrarse en una sola tarea a la vez. Al dedicar toda nuestra atención a una actividad específica, podemos mejorar nuestro enfoque y rendimiento.
Ahora bien, ¿cómo podemos aplicar el monotasking en nuestras rutinas laborales? Aquí presentamos siete consejos para conseguir organizarse de manera efectiva y evitar el multitasking:
1. Priorizar: Al comenzar el día, es común sentirse abrumado por la cantidad de tareas por hacer. En lugar de dejar que estos pensamientos dispersos nos dominen, lo mejor es tomarnos unos minutos para escribirlos. Luego, enumerarlos según su importancia y urgencia. Al priorizar las actividades, sabremos exactamente dónde enfocar los esfuerzos.
2. Organizar: Establecer un horario para cada tarea o agrupar actividades similares en bloques de tiempo. Por ejemplo, si las redes sociales son factores de distracción frecuente, hay que reservar un momento específico para revisar los mensajes y evitar así interrupciones constantes.
Evitar distracciones y organizar el tiempo: dos claves para trabajar y estudiar con mejor resultados
3. Temporizar: “La regla de los 20 minutos” mejora tu enfoque. ¿Cómo es? Debemos concentrarnos intensamente en una tarea durante veinte minutos y luego tomar un breve descanso o pasa a otra actividad. Está demostrado que con esta práctica, se aumenta gradualmente el tiempo de enfoque, lo que redunda en una mayor capacidad de concentración.
4. Limitar las distracciones: Los dispositivos móviles pueden ser grandes obstáculos para la concentración. Reducir al máximo las notificaciones, poner el teléfono en modo “no molestar” e incluso usar audífonos con música clásica o ruido blanco para bloquear ruidos externos son buenas estrategias para mantener la atención en lo que realmente importa.
5. Aprender a decir “no”: A menudo, nos enfrentamos a demandas adicionales que nos tientan a realizar multitasking. Sin embargo, aprender a establecer límites y decir “No” cuando sea necesario, permite enfocarse en las prioridades y evitar la dispersión.
6. Desarrollar una mentalidad de mindfulness: El mindfulness es una buena manera para entrenar la mente a que se enfoque en el presente y evite la dispersión. Debería ser una buena práctica a considerar la posibilidad de incluir ejercicios de meditación o respiración en la rutina diaria.
7. Descansar adecuadamente: Un buen descanso es esencial para mantener la productividad. El tiempo de descanso suele ser la variable de ajuste en los tiempos de estrés, de vencimiento de presentaciones y trabajos. Pero es clave dormir la cantidad necesaria de horas y tomarse pausas regulares durante la jornada para recargar energías y evitar el agotamiento.
Fuente: Infobae