Los incendios forestales son eventos devastadores que con el humo afectan a vastas áreas de vegetación, poniendo en peligro tanto la biodiversidad como la calidad del aire. Sin embargo, los árboles, a pesar de ser inmóviles, han desarrollado una sorprendente estrategia para lidiar con el humo tóxico generado durante estos eventos “aguantando la respiración”.

La Respriración de los árboles y su reacción al humo

A diferencia de los seres humanos, que pueden alejarse o cubrirse para evitar inhalar aire contaminado, los árboles no tienen la capacidad de moverse para evitar el humo. En lugar de eso, los árboles tienen una respuesta adaptativa única a la presencia de humo en el aire. Para comprender esta respuesta, es crucial entender cómo los árboles “respiran”.

Los árboles y otras plantas realizan la fotosíntesis, un proceso que implica la absorción de dióxido de carbono (CO2) y la liberación de oxígeno (O2). Este proceso tiene lugar en las hojas, que están dotadas de pequeños poros llamados estomas. Estos estomas se abren y cierran para regular el intercambio de gases con el aire exterior.

Cuando un incendio forestal ocurre, la calidad del aire se ve gravemente afectada por el humo cargado de partículas y gases nocivos. Los árboles, para protegerse de los efectos adversos de este humo, implementan una estrategia que se asemeja a “aguantar la respiración”. En otras palabras, cierran temporalmente sus estomas para limitar el intercambio de gases con el ambiente exterior.

Investigación y descubrimientos recientes

Un estudio reciente realizado por MJ Riches y Delphine Farmer de la Universidad Estatal de Colorado ha arrojado luz sobre cómo los árboles manejan esta situación. Originalmente, los investigadores se dedicaban a otro tema, pero se encontraron con una densa nube de humo y notaron cambios significativos en la apertura de los estomas en las hojas de los árboles.

Durante el estudio, se observó que los árboles respondían al humo cerrando sus estomas, lo que resultaba en una interrupción temporal de la fotosíntesis. Este fenómeno se puede comparar con la forma en que los seres humanos evitan respirar aire contaminado. Las hojas se veían visiblemente afectadas, con los estomas cerrados y las hojas en una disposición diferente para reducir la exposición al humo.

Para confirmar sus observaciones, los investigadores realizaron experimentos adicionales en los que cambiaron la temperatura y la humedad de las hojas, limpiando las “vías respiratorias” de las hojas sin la presencia de humo. Después de estos ajustes, la fotosíntesis se reanudó de manera activa, acompañada por una explosión de compuestos orgánicos volátiles. Este descubrimiento, aunque sorprendente, todavía deja algunas preguntas sin respuesta.

Hipótesis sobre el mecanismo de respuesta

Los investigadores han propuesto varias hipótesis para explicar cómo los árboles logran cerrar sus estomas en respuesta al humo. Una posibilidad es que las partículas de humo obstruyan el intercambio de gases, impidiendo que los estomas se abran. Otra teoría sugiere que el cierre de los estomas podría ser una respuesta física de las hojas a las señales de humo, como un mecanismo de defensa inicial. Finalmente, el humo oscuro podría reducir la cantidad de luz solar disponible para la fotosíntesis, lo que también podría inducir el cierre de los estomas.

Los árboles tienen una capacidad sorprendente para adaptarse a las condiciones adversas generadas por los incendios forestales. Al “aguantar la respiración” y cerrar sus estomas en presencia de humo, los árboles minimizan el daño a su proceso de fotosíntesis y protegen su salud en un entorno hostil. Aunque aún quedan muchas preguntas por responder sobre este mecanismo, la investigación continua promete revelar más detalles sobre cómo estos gigantes vegetales sobreviven y se adaptan a los desafíos de su entorno. La comprensión de estas estrategias no solo es fascinante desde un punto de vista científico, sino que también subraya la importancia de proteger y conservar nuestros bosques en tiempos de creciente frecuencia de incendios forestales.