La etapa de crecimiento y desarrollo emocional de un niño es el momento ideal para que los padres transmitan los valores que les permitirán distinguir lo que está bien y lo que está mal.

Que los niños muestren empatía y que vean, no solo por el bien propio, sino también por el de los demás, les ayudará a tener mejores relaciones a medida que van creciendo.

El Catecismo de la Iglesia Católica señala que «la conciencia es la mensajera del que, tanto en el mundo de la naturaleza como en el de la gracia, a través de un velo, nos habla, nos instruye y nos gobierna. La conciencia es el primero de todos los vicarios de Cristo». 

Misma que con el paso del tiempo, el bebé irá desarrollando cada vez más; inclusive, descubrirá que es un ser independiente a su madre pues, en los primeros meses, el bebé cree que es uno mismo con su madre, por ello busca estar siempre con su madre, hasta que comprende que es un ser individual.

Algunos científicos de Francia determinaron en una investigación que, a los cinco meses, un bebé desarrolla la consciencia visual, por lo que adquiere la habilidad de ver y recordar. 

Por ello, te compartimos algunas formas en las que puedes ayudar a tus hijos a desarrollar empatía y a así distinguir el bien del mal.

Es normal que estén aprendiendo mientras crecen, así que seguramente cometerán muchos errores. Por ello, se recomienda que en lugar de regañarlos, les expliques de manera concreta y con ejemplos las consecuencias y errores.

Poco a poco serán más conscientes de sus actos al tener claro que todo acto lleva a una consecuencia buena o mala.

Esto les ayudará, no solo a aceptar sus propios errores, sino también los de los demás; por lo que tendrán más empatía por el otro y desarrollarán la habilidad de no guardar rencores, sabiendo que todos somos humanos y cometemos errores, y también que estamos llamados a hacer el bien. 

Este dicho es conocido como «la regla de oro», por lo que puedes explicarle con ejemplos específicos. Por ejemplo, si te gusta que te den un cumplido, menciona cómo tú también puedes dar cumplidos a los demás.

Puedes leerle algún cuento donde un personaje enfrenta una decisión moral. Por ejemplo, un niño encuentra una billetera perdida y debe decidir si la devuelve o se la queda. Después de leer, discute con el niño las decisiones del personaje y las consecuencias de esas decisiones.

Simula una situación en la que el niño debe compartir un juguete con un amigo. Habla sobre cómo se siente compartir y cómo se sentiría si el amigo no compartiera. Después de jugar, discute cómo el compartir es una acción positiva y por qué es importante.

Todos estos principios ayudarán a que tu hijo desarrolle la capacidad de decidir y de actuar con bien, sobre él y sobre los demás. Esto puede crear una generación de niños más críticos que actúen con bondad, con los pies en la tierra y la mirada en el cielo.