El golpe de calor no es algo baladí. Se trata de la situación más grave que puede producirse por las altas temperaturas y te puede llevar directamente a la muerte. El organismo no es capaz de regular su temperatura, la cual aumenta muy rápidamente, pudiendo llegar a los 41 grados centígrados. Órganos como el riñón, el hígado o el páncreas pueden colapsar. Es, por tanto, una situación de emergencia que requiere de atención médica inmediata. Llama a emergencias (112) si sospechas que estás sufriendo un golpe de calor tú u otra persona.
Síntomas del golpe de calor
– Temperatura corporal exageradamente alta: 40 o incluso 41 grados de fiebre.
– Piel muy caliente, roja y seca por falta de sudoración.
– Dolor de cabeza intenso.
– Muchas náuseas y sed.
– Somnolencia y/o agresividad inhabitual.
– La persona puede delirar, sufrir convulsiones y hasta entrar en coma.
Qué hacer si se produce un golpe de calor
Como ya hemos dicho, se trata de una situación que puede ser de vida o muerte, por lo que deberemos actuar con premura tratando de bajar lo más rápidamente posible la temperatura corporal de la persona afectada. Para ello haremos lo siguiente:
– Llamaremos a urgencias, al 112.
– Colocaremos a la persona en un sitio fresco, a la sombra.
– La desvestiremos y enfriaremos con lo que tengamos a mano: mojando su ropa, con compresas de agua helada, duchándola con agua fría (con cuidado porque el contraste demasiado rápido puede ralentizar el enfriamiento), envolviéndola en una sábana húmeda y poniéndole un ventilador enfrente, abanicándola…
– Si la persona está consciente, la incorporaremos y le daremos agua.
– Si la persona está inconsciente, deberemos colocarla de lado y no le daremos nada de beber.
Cómo evitar sufrir un golpe de calor
– Bebe agua de manera frecuente y abundante sin esperar a sentir sed.
– No abuses de las bebidas alcohólicas, con cafeína o muy azucaradas ya que estas favorecen la pérdida de líquido. Tampoco es conveniente beber líquidos muy fríos o muy calientes.
– No es recomendable hacer comidas copiosas ni calientes. Prioriza el consumo de ensaladas frías, gazpacho, verduras y hortalizas, así como fruta de verano como la sandía y el melón, que son muy ricos en agua y minerales.
– Si es posible, no salgas a la calle en las horas en las que hace más calor. Opta por lugares frescos, a la sombra o que tengan aire acondicionado.
– Tampoco es recomendable hacer grandes esfuerzos cuando hace mucho calor. Menos todavía hacer deporte al aire libre en las horas más calurosas del día (de 12 a 17).
– Vístete con ropa clara, que sea ligera, suelta y que transpire, como, por ejemplo, el algodón. En la calle es muy recomendable cubrirse la cabeza con un sombrero o una gorra.
– En casa, mantén las persianas de las fachadas en las que da el sol bajadas. Si lo tienes, pon el toldo.
– Nunca dejes a una persona (especial cuidado con los niños, ancianos y enfermos crónicos) o a la mascota dentro del coche al sol o con las ventanas cerradas en verano. En estas circunstancias el automóvil puede alcanzar unas temperaturas muy peligrosas.
Fuente: Muy Interesante