El futuro del combustible ya está entre nosotros, y proviene de una fuente, cuanto menos, inesperada: el vino. A través de algunas innovaciones, se ha desarrollado un biocombustible completamente sostenible, como el Excellium Racing 100, que se extrae de los desechos de la industria vitivinícola.
Este combustible es usado en competiciones de alto rendimiento como las 24 Horas de Le Mans, y tiene el potencial de reducir las emisiones de CO₂ hasta en un 65%, convirtiéndose en una opción para la industria automotriz y sostenible más allá del 2035.
Cómo el biocombustible derivado del vino está transformando la industria automotriz
El Excellium Racing 100 es el resultado de 18 meses de investigación por parte de TotalEnergies, y está hecho a partir de etanol obtenido de los residuos de la producción de vino en Francia.
Este biocombustible es 100% sostenible, lo que significa que puede ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Francia, siendo uno de los mayores productores de vino del mundo, tiene un suministro abundante de residuos vitivinícolas que podrían ser transformados en biocombustibles, posicionando al país en la vanguardia de esta tecnología.
Ventajas y oportunidades para España en la producción de biocombustible a partir de vino
España, siendo el tercer mayor productor de vino del mundo, también tiene una gran oportunidad de aprovechar esta tecnología para producir biocombustibles.
Al igual que en Francia, los residuos de la producción vinícola en España pueden convertirse en una fuente sostenible de energía que no solo reduciría la dependencia de los combustibles fósiles, sino que también posicionaría al país como un jugador clave en la industria global de los biocombustibles.
¿Cómo funciona este biocombustible en la competición automovilística y la vida diaria?
La tecnología probada en competiciones automovilísticas como el Campeonato Mundial de Resistencia demuestra que los biocombustibles pueden ofrecer un alto rendimiento mientras reducen las emisiones.
Con el Excellium Racing 100, todos los vehículos que participan en competiciones como las 24 Horas de Le Mans están obligados a usar este tipo de combustible, lo que representa un paso significativo hacia la sostenibilidad en los deportes de motor. Esta tecnología, inicialmente probada en el automovilismo, podría transferirse a los vehículos de uso diario.
¿Es viable el uso de biocombustibles derivados del vino en el mercado comercial?
Actualmente, algunas gasolineras ya ofrecen combustibles renovables, aunque en menor proporción, como diésel y gasolina con un porcentaje de etanol sostenible. Sin embargo, el uso a gran escala de biocombustibles como el Excellium Racing 100 aún enfrenta desafíos, como la escalabilidad y los costos.
El precio de este tipo de combustible es entre un 10% y 20% más alto que los combustibles convencionales, pero se espera que, con el tiempo, su producción masiva y demanda reduzcan esos costos, haciéndolos más accesibles.
La innovación y el aprovechamiento de desechos como los residuos de vino ofrecen una solución sostenible sin comprometer otros sectores. La adopción masiva de biocombustibles derivados de fuentes orgánicas podría marcar el inicio de una era donde la sostenibilidad y la tecnología vayan de la mano.
¿Podría el vino ser la respuesta al futuro de los combustibles?
La idea de que uno de los combustibles del futuro pueda provenir de los residuos de vino parece sacada de la ciencia ficción, pero no, ya es una realidad.
Si bien hay desafíos por delante, el potencial de este tipo de combustibles para reducir las emisiones de CO₂ y aprovechar recursos naturales es un avance hacia la descarbonización del transporte. Así que, puede que, en poco tiempo, el vino tome otras rutas nunca antes pensadas.
Fuente: N. T. Ecoportal