La mariposa botella azul (Graphium sarpedon) posee 15 tipos de fotorreceptores sensibles a la luz ultravioleta y a la luz visible para el ojo humano.
De esta forma, la mariposa supera los dos fotorreceptores de los ojos de los gatos, perros y caballos; los tres de los humanos; y los cuatro de la mayoría de las aves.
Fotorreceptores
La maripsa botella azul es nativa del sur de Asia y de Australia, y acostumbra a vivir en el dosel de la selva. Disponer de tal cantidad de fotorreceptores le permite detectar una enorme variedad de colores.
Así, la especie Graphium sarpedon poseen un receptor para la luz ultravioleta, otro para el violeta, tres que responden a diferentes tipos de luz azul, uno para el azul/verde, cuatro para la luz verde y cinco para las variaciones del rojo.
Los investigadores sugieren que las mariposas de botella azul utilizan solo cuatro clases de fotorreceptores durante su visión rutinaria, mientras que el resto se emplea para detectar estímulos muy específicos en el medio ambiente. Por ejemplo, objetos que se mueven rápidamente contra el cielo u objetos coloridos ocultos entre la vegetación.
Los ojos de las mariposas de botella azul son grandes y, en conjunto a sus alas iridiscentes de color verde azulado, son empleados para la comunicación visual, evidenciando su excelente grado de percepción.
La mariposa también es conocido por el vuelo rápido y las reacciones rápidas. En consecuencia, es difícil de atrapar. Su dieta incluye excrementos de animales y cadáveres de insectos en descomposición.
Fuente: Sergio Parra
Xataka Ciencia