Los resultados son contundentes: más de nueve de cada diez especialistas coinciden en que la agenda de sostenibilidad necesita una revisión profunda, y más de la mitad clama por una «revisión radical» de todo lo que se ha hecho hasta ahora. Estamos, sin duda, en un momento clave para decidir el rumbo a seguir.
En el mundo corporativo y empresarial:
- Integrar la sostenibilidad en la estrategia central de las empresas.
- Invertir en investigación y desarrollo (I+D) para encontrar soluciones sostenibles.
- Acelerar modelos de economía circular.
- Cumplir con las regulaciones y normativas obligatorias de sostenibilidad.
- Implementar iniciativas de objetivos basados en la ciencia (Science-based targets).
- Fomentar la colaboración dentro y entre los distintos sectores.
◦ Desarrollar y usar mecanismos como los bonos verdes y la inversión de impacto.
◦ Integrar los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) en las decisiones de inversión.
◦ Que los bancos centrales y reguladores financieros actúen sobre el riesgo climático.
◦ Impulsar la participación proactiva de los inversores en sostenibilidad.
• En el gobierno y las políticas públicas:
◦ Medidas como la fijación de precios al carbono.
◦ Iniciativas de planificación urbana y ciudades sostenibles.
• Desde la sociedad civil:
◦ Abogar por mejores políticas y regulaciones gubernamentales.
◦ Campañas para la conciencia del consumidor y el cambio de comportamiento.
◦ El escrutinio y la cobertura mediática del desempeño en sostenibilidad.
◦ El activismo político.
◦ La educación y el desarrollo de capacidades para el liderazgo en sostenibilidad.
◦ La influencia mediática y cultural a favor de mensajes pro-sostenibilidad.
• Tradicionalistas (42%): Son el grupo más grande y están más alineados con la agenda actual. Favorecen la continuidad y las mejoras graduales. Son más comunes en Asia, América Latina, y los sectores público y corporativo. Ven con buenos ojos marcos existentes como los ODS.
• Institucionalistas (9%): Pequeño pero influyente, este grupo cree en fortalecer la rendición de cuentas institucional y tiene una mentalidad más tecnócrata. Apoyan herramientas regulatorias, como la obligatoriedad de informes y la supervisión de bancos centrales, y se concentran en roles gubernamentales y corporativos.
• Pathfinders (23%): Son reformistas y optimistas, enfocados en estrategias escalables y orientadas a soluciones. Favorecen una mezcla de acciones de alto impacto y factibilidad, como las finanzas sostenibles y la colaboración intersectorial. Se encuentran más en el sector corporativo y en Europa y Norteamérica.
• Radicales (26%): Son los más insatisfechos con el status quo y reclaman una revisión total de la agenda de sostenibilidad. Promueven intervenciones audaces y sistémicas, como la redistribución de la riqueza o la acción judicial. Predominan en la academia y las ONG, especialmente en Europa y Norteamérica.
El estudio también enciende una alarma sobre el «backlash» o retroceso significativo contra la sostenibilidad que se vive en muchas partes del mundo. Es especialmente notorio en Norteamérica, donde más del 90% de los expertos reportan este fenómeno. Sin embargo, la mirada es distinta en América Latina y Asia-Pacífico, donde se respira más optimismo, y las disrupciones políticas y económicas se ven como oportunidades para avanzar.
Al preguntar sobre el progreso logrado hasta ahora en la transición global hacia un desarrollo sostenible, la mitad de los profesionales lo califican de «deficiente». Los gobiernos nacionales y los inversores institucionales son los peor valorados en cuanto a sus contribuciones. ¿Quiénes sí están generando confianza? Las instituciones académicas y de investigación, que se destacan como fuentes creíbles de innovación e impacto.
En el mundo corporativo y empresarial:
- Integrar la sostenibilidad en la estrategia central de las empresas.
- Invertir en investigación y desarrollo (I+D) para encontrar soluciones sostenibles.
- Acelerar modelos de economía circular.
- Cumplir con las regulaciones y normativas obligatorias de sostenibilidad.
- Implementar iniciativas de objetivos basados en la ciencia (Science-based targets).
- Fomentar la colaboración dentro y entre los distintos sectores.
- Desarrollar y usar mecanismos como los bonos verdes y la inversión de impacto.
- Integrar los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) en las decisiones de inversión.
- Que los bancos centrales y reguladores financieros actúen sobre el riesgo climático.
- Impulsar la participación proactiva de los inversores en sostenibilidad.
- Medidas como la fijación de precios al carbono.
- Iniciativas de planificación urbana y ciudades sostenibles.
- Abogar por mejores políticas y regulaciones gubernamentales.
- Campañas para la conciencia del consumidor y el cambio de comportamiento.
- El escrutinio y la cobertura mediática del desempeño en sostenibilidad.
- El activismo político.
- La educación y el desarrollo de capacidades para el liderazgo en sostenibilidad.
- La influencia mediática y cultural a favor de mensajes pro-sostenibilidad.
- Tradicionalistas (42%): Son el grupo más grande y están más alineados con la agenda actual. Favorecen la continuidad y las mejoras graduales. Son más comunes en Asia, América Latina, y los sectores público y corporativo. Ven con buenos ojos marcos existentes como los ODS.
- Institucionalistas (9%): Pequeño pero influyente, este grupo cree en fortalecer la rendición de cuentas institucional y tiene una mentalidad más tecnócrata. Apoyan herramientas regulatorias, como la obligatoriedad de informes y la supervisión de bancos centrales, y se concentran en roles gubernamentales y corporativos.
- Pathfinders (23%): Son reformistas y optimistas, enfocados en estrategias escalables y orientadas a soluciones. Favorecen una mezcla de acciones de alto impacto y factibilidad, como las finanzas sostenibles y la colaboración intersectorial. Se encuentran más en el sector corporativo y en Europa y Norteamérica.
- Radicales (26%): Son los más insatisfechos con el status quo y reclaman una revisión total de la agenda de sostenibilidad. Promueven intervenciones audaces y sistémicas, como la redistribución de la riqueza o la acción judicial. Predominan en la academia y las ONG, especialmente en Europa y Norteamérica.
Un nuevo y revelador estudio global, llamado «Sustainability at a Crossroads» afirma que a pesar de casi cuatro décadas de crecimiento y consolidación, las actuales formas de abordar la sostenibilidad «simplemente no están funcionando». Así lo creen los más de novecientos expertos de 72 países encuestados por GlobeScan, ERM y Volans, que participaron en este estudio.
Fuente:
desire.salvador
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