Mientras el mundo está en constante debate por cómo será el área del motor en el futuro. Corea del Sur, de la mano de Hyundai y Kia, está desarrollando algo que podría cambiarlo todo. Al menos, todo tal y como lo conocemos hoy.
Se trata de un avance que busca mantener viva esa tecnología de combustión que tanto conocemos y lo mejor hacerlo de manera sostenible, con emisiones escasas y un rendimiento nunca antes visto
Hidrógeno en combustión: ¿cómo funciona esta tecnología?
A diferencia de los motores convencionales de gasolina o diésel, el motor de Hyundai y Kia usa hidrógeno gaseoso inyectado en la cámara de combustión. Esto es más de lo que parece, es una evolución frente a sistemas anteriores donde el hidrógeno se mezclaba con aire antes de llegar al cilindro.
El motor de 2 litros de cilindrada cuenta con un sistema de inyección directa a 30 bares de presión, que permite una combustión mucho más precisa y también, más efectiva. Además, incorpora un turbocompresor, que optimiza el rendimiento, sean cuales sean las condiciones de carga.
Este diseño logra una eficiencia térmica del 40%, comparable con motores tradicionales, pero con toda la energía verde.
Impacto ambiental: sin emisiones de CO2 ni partículas contaminantes
Los resultados de este motor de hidrógeno son claramente impresionantes en términos de emisiones:
- Reducción del 99% en dióxido de carbono (CO2) en comparación con motores de gasolina.
- 90% menos de partículas finas, lo que lo convierte en una opción mucho más limpia.
- Emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) por debajo de 15 ppm, incluso sin sistemas de postratamiento de gases.
Esto significa que cumple con los requisitos de la Unión Europea para ser un coche de cero emisiones. La posibilidad de producir y quemar hidrógeno verde, que captura CO2 durante su fabricación, añade un componente de neutralidad climática a esta tecnología.
Innovaciones técnicas: por qué este motor es diferente
El desarrollo de Hyundai y Kia resuelve varios históricos de los motores de hidrógeno. Por ejemplo, el uso de inyección directa maximiza la cantidad de aire que entra a la cámara de combustión, superando limitaciones de los diseños de antaño. Además, la implementación de técnicas avanzadas como:
- Alta relación de compresión: Mejora la eficiencia energética.
- Combustión ultra pobre: Permite aprovechar mejor el hidrógeno con menores emisiones.
- Estratificación del combustible: Optimiza la mezcla dentro de la cámara para mayor potencia.
Ventajas frente a los motores eléctricos y los de gasolina
Si bien los motores eléctricos lideran la carrera hacia las cero emisiones, la combustión de hidrógeno tiene características únicas que podrían hacerlo una opción viable:
- Infraestructura compartida: Puede utilizar tecnologías existentes de combustión, reduciendo los costos de implementación.
- Menor dependencia de minerales raros: A diferencia de los coches eléctricos, no requiere grandes cantidades de litio o cobalto.
- Rápido repostaje: Cargar hidrógeno toma pocos minutos, frente a los tiempos de carga más largos de las baterías eléctricas.
Además, su versatilidad permite su uso en una variedad de aplicaciones, desde vehículos comerciales hasta generadores de electricidad.
Desafíos a superar: ¿es el hidrógeno una solución realista?
Pese a los avances, la adopción de esta tecnología enfrenta retos significativos:
- Producción de hidrógeno: Actualmente, es cara y depende en gran medida de métodos que generan emisiones. La transición al hidrógeno verde será, por tanto, algo crucial.
- Infraestructura: La red de hidrogeneras es limitada en comparación con estaciones de carga eléctrica.
- Costos iniciales: Aunque promete ser más barato a largo plazo, la tecnología requiere inversiones iniciales bastante altas.
Con el apoyo adecuado, el hidrógeno podría ser la clave para mantener viva la combustión, pero en una versión mucho más respetuosa con el planeta. ¿Puede ser la combinación perfecta? Solo el tiempo podrá decir esto.
Fuente: N. T. Ecoportal