Neurofinanzas: ¿emprender desde la perspectiva de ganar o de no perder?
Albert Einstein dijo: “todos somos unos genios pero si juzgas a un pez por su habilidad de escalar un árbol, vivirá toda su vida creyendo que es un estúpido”.
El mundo está lleno de gente que no está satisfecha con sus resultados y no obstante sigue haciendo y diciendo lo mismo, teniendo los mismos pensamientos y actuando de la misma manera cada día. Así y todo, les sorprende tener siempre los mismos efectos negativos
Para Einstein, la locura consistía en seguir haciendo lo mismo y esperar obtener resultados diferentes.
Los pensamientos y sentimientos sobre uno mismo y sobre lo que podemos o no podemos hacer, son la suma que resulta de la experiencia y el condicionamiento que tuvimos en nuestras vidas, y en general tienen poca relación con lo que en realidad es posible para uno mismo…
En el desarrollo personal hay un principio que dice que, cada persona, se encuentra en un proceso continuo de crecer en la dirección de sus pensamientos dominantes.
La ley de la concentración dice que cualquier pensamiento con el que uno se obsesione se convierte en realidad.
Cualquier cosa sobre la que se piense durante un tiempo suficiente y con la suficiente intensidad, a la larga se convierte en parte de nuestros procesos mentales, ejerciendo su influencia y poder en la actitud y comportamiento.
Si todo el tiempo tenemos pensamientos de audacia, valentía y asertividad de manera progresiva, seremos más audaces, más valientes y más asertivos. Entre más pensemos en la persona que queremos ser, con las cualidades que nos gustarían tener, más lo vamos a implantar en lo profundo del subconsciente.
Allí, esos pensamientos se convertirán en parte de nuestro crecimiento actual. Lo que pensemos de manera habitual, con el tiempo se convierten en parte de nuestro carácter y personalidad. Estamos donde estamos y somos lo que somos, a causa de los pensamientos que has permitido que ocupen tu mente, sobre lo que sea que hayas estado imaginando en los últimos meses y años. Nos convertimos y somos el resultado de todos esos pensamientos. Y ese es un camino permanente, ya que continuamos con ese trabajo de autoconstrucción; con cada pensamiento que tenemos.
Dado que este es un hecho ineludible de la vida, lo más inteligente que podemos hacer es pensar con persistencia en los pensamientos que se ajusten al tipo de persona que nos gustaría ser. Todo en la vida procede de adentro hacia afuera, del interior al exterior.
Y aquí se aplica la “ley de la correspondencia”, quizás una de las leyes mentales más importantes, que sostiene que: “Tu mundo exterior será un reflejo de tu mundo interior”. Lo que vemos en el exterior es en gran medida lo que está pasando en nuestro interior. Esto no solo es cierto para uno mismo, sino también para todos los que nos rodean.
Por lo tanto, una vida de éxito, riqueza financiera y prosperidad constante, se inicia tomando el control total, sistemático y resuelto, de los contenidos de nuestra mente y conciencia.
Henry Ford, utilizó cada fracaso como un maestro que lo guiaba cada vez a estar más cerca de sus objetivos.
Marie Curie, logró vencer todos los obstáculos impuestos a las mujeres que querían superarse, logrando algo histórico: ser la primera persona en recibir dos premios Nobel.
Michael Jordan, desde niño tuvo hambre de triunfo, lo que lo llevó a ser uno de los deportistas más exitosos en la historia.
Steve Jobs, que tenía una idea y no descansaba hasta que se hiciera tal como él la imaginaba.
¿Qué fue lo que impulsó a cada uno de estos personajes a seguir y seguir para llegar a lo más alto? ¿Cómo pudieron enfrentar todos los obstáculos, todas las dificultades, soportar todo tipo de rechazo y críticas? Y, a pesar de que caían, ninguno se quedaba en el piso. Todos se levantaban, todos retomaban su camino, su idea, su sueño y nada ni nadie pudo detenerlos.
La respuesta a esas preguntas es sencilla, pero nada simple de entender para muchos. Ellos confiaron en sí mismos, en sus ideas, en sus sueños. Dejemos de vernos a través de la ventana y mirémonos en el espejo. Aprendamos a conocernos, a saber quiénes somos, que nos hace vibrar y brillar con luz propia. ¿Dónde estamos parados? ¿Qué es lo que verdaderamente queremos de la vida? ¿A dónde soñamos llegar? No lo que nos dijeron, no lo que nos impusieron, sino lo que cada uno de nosotros ama. La vida es un camino en el que solo unos pocos son los que llegan a la cima.
Siempre escuchamos a la gente decir quiero ser el mejor, quiero ser el más fuerte, quiero tener un título, quiero tener una empresa, quiero lograr esto o quiero lograr lo otro. Siempre quiero, quiero, quiero. Pero ¿Cuántas de esas personas realmente están dispuestas a soportar todo? Sentir miedo, sentir dolor, tristeza, cansancio. sentirse solos, arriesgarse. Cuando la vida nos golpee y nos azote con toda la fuerza vamos a gritar, pero antes que termine ese grito, debemos volver a estar de pie, listos y con mucha más potencia para soportar todas las veces que la vida quiera tirarnos, para levantarnos una y otra y otra y otra vez.
Porque decidimos ser de los pocos que llegarán a lo más alto, de los pocos que crean, que construyen. De los que dejarán una huella tan grande que la gente querrá caminar dentro de ella, tan solo para vivir un poco de ese cambio que hicimos en el mundo.
Hoy, los reto a que confíen en ustedes mismo, a que abran los ojos y se des cuenta de que tienen toda la capacidad para lograr lo que se propongan.
Los reto a que desarrollen hambre de triunfo, hambre de ser alguien diferente, alguien que siente una gran seguridad impulsado y protegido por un ejército enorme. Un ejército que se llama destino.
Convénzanse que son únicos y están destinados a lograr algo grande, algo extraordinario. No permitan que nada ni nadie detenga la potencia que tienen para lograr sus sueños. La potencia que hay en sus mentes. Deben seguir adelante, porque el éxito está en arriesgar todo por un sueño que nadie puede ver más que ustedes mismos, Y ese enfoque hacia sus objetivos y metas, es lo que los va a ser imparable. Porque no existe nadie como ustedes.
Esta vida no es un ensayo general, esta es nuestra presentación definitiva, no dejen pasar más tiempo, el futuro empieza ahora!
Fuente: Daniel Adler
Especialista en Educación Financiera y Emprendedurismo