Durante décadas, los fósiles estaban ahí, desperdigados entre los sedimentos del suroeste de Qatar, como si esperaran pacientemente a que alguien comprendiera su historia. Ahora, tras una ambiciosa investigación liderada por el Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian y el equipo de Qatar Museums, el pasado ha salido a flote: más de 300 restos fósiles de un antiguo mamífero marino, hallados en 172 puntos distintos de un área de apenas 0,76 km², han revelado no solo una especie desconocida, sino una historia que cambia por completo lo que creíamos saber sobre los ecosistemas marinos del Golfo hace 21 millones de años.
La nueva especie ha sido bautizada como Salwasiren qatarensis, en honor a la cercana Bahía de Salwa, un enclave donde hoy en día todavía habitan algunos de sus descendientes lejanos: los dugongos. Estos animales, también conocidos como vacas marinas, son grandes herbívoros que se alimentan de praderas marinas y que, aunque su estilo de vida pueda parecer pausado y silencioso, juegan un papel esencial en los ecosistemas costeros. Hoy sabemos que lo mismo ocurría hace millones de años.
Los fósiles provienen de un yacimiento llamado Al Maszhabiya, considerado ya por los paleontólogos como el mayor depósito de vacas marinas del mundo. El registro fósil descubierto no solo incluye huesos aislados, sino esqueletos relativamente completos, una densidad de restos fósiles extraordinaria para este tipo de yacimientos.
El hallazgo no solo suma una nueva pieza al árbol genealógico de los sirenios, el grupo al que pertenecen dugongos y manatíes. También demuestra que, ya en el Mioceno temprano, hace entre 23 y 21,6 millones de años, existían ecosistemas marinos similares a los actuales, con praderas marinas sostenidas por grandes herbívoros marinos que actuaban como verdaderos ingenieros del medio.

La enorme concentración de restos de Salwasiren qatarensis en un solo nivel geológico sugiere que estos animales vivían en grandes agregaciones, posiblemente en comunidades numerosas que removían el fondo marino al alimentarse, facilitando así el crecimiento de las plantas submarinas y el reciclaje de nutrientes. En otras palabras, no solo habitaban esos ecosistemas: los moldeaban.
Fuente:
christianperez
Muy Interesante

