Mantenerse fresco, tomar mucha agua o evitar exponerse al sol son algunas de las claves para evitar sufrir un golpe de calor.
Se acerca el verano y con el las altas temperaturas que pueden causar un daño a nuestro cuerpo. Si estamos mucho tiempo expuestos al sol corremos el riesgo de sufrir un golpe de calor.
Esto sucede debido a que nuestro cuerpo pierde agua y sales, aumentando la temperatura corporal y fallando los mecanismos que la regulan.
Sus síntomas son similares a los de la deshidratación generalizada y contemplan una sensación de sequedad, dolor de cabeza, sudoración en exceso y decaimiento. Estos malestares pueden aparecer durante o tiempo después de haber estado expuesto al calor.
Una de las precauciones que podemos realizar para evitar sufrir un golpe de calor es tomar mucha agua durante el día. Este hábito nos brinda la seguridad de mantener a nuestro cuerpo hidratado de manera contante y con una temperatura saludable.
Las personas suelen solamente ingerir agua solo cuando siente la sensación de sed, costumbre que durante los días de mucho calor no es aconsejable. Los adultos mayores son los que más riesgo corren debido a que se vuelven menos sensibles a sentir sed lo que los lleva a consumir poca agua y deshidratarse con frecuencia.
Otro grupo de riesgo son los bebés y los niños quienes son menos susceptibles a regular la temperatura corporal. Es por esta razón que en invierno son sensibles al frío y en verano al calor.
Si una persona sufre de un golpe de calor en primera instancia se le debe dar de tomar algún líquido frío. Las bebidas que contengan sales o los jugos de frutas naturales son las mejor indicadas debido a que ayudan a fortalecer al cuerpo sobre lo que se perdió.
Los golpes de calor suelen darse por una excesiva exposición al sol, por que se aconseja evitar realizar actividades al aire libre durante la hora del medio día, que es el momento en el que la temperatura está en su máximo nivel.
Fuente: Salud 360