En un avance potencial en la lucha contra el COVID-19, un equipo de científicos australiano ha podido analizar muestras de sangre de un paciente que había contraído el nuevo coroanvirus y que fue hospitalizado con síntomas moderados.
Gracias a ello, los autores del estudio, publicado en la revista Nature Medicine, afirman que es la primera vez que mapean la respuesta inmune general del cuerpo a la nueva enfermedad.
Dos grandes aplicaciones
Según explica Katherine Kedzierska, del Instituto Peter Doherty de Infección e Inmunidad de la Universidad de Melbourne:
Vimos una respuesta inmune realmente sólida que precedió a la recuperación clínica. Notamos una respuesta inmune, pero visualmente todavía no se encontraba bien y tres días después la paciente se recuperó.
La investigación de su equipo fue «un paso importante para comprender la recuperación de COVID-19». Los hallazgos tienen dos aplicaciones prácticas:
Primera: ayudar a los virólogos a desarrollar una vacuna porque el objetivo de la vacunación es replicar la respuesta inmune natural del cuerpo a los virus.
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Segunda: ayudar a la detección, y permitir hacer mejores predicciones en futuros brotes de enfermedades sobre quién se encuentra en el segmento de mayor riesgo. En teoría, estos «marcadores» del sistema inmunitario podrían predecir con mayor precisión qué pacientes tienen síntomas leves y cuáles corren el riesgo de morir.
Fuente: Sergio Parra
Xataka Ciencia