Uruguay, lidera junto con Dinamarca e Irlanda, la participación de la energía eólica en la matriz eléctrica. El país se destaca por su alta generación de energía eléctrica, durante la primera etapa de su transformación energética, el país logró un 97% de energía renovable entre 2017 y 2020.
Actualmente, está llevando adelante la segunda etapa de la transformación, que incluye, por un lado, la descarbonización del resto del sector energético y materias primas, y el desarrollo de una economía del hidrógeno.
En esté marco, el hidrógeno verde, producido a partir de agua y energías renovables y con capacidad de descarbonizar distintos usos (transporte, energía térmica, energía industrial, materias primas y estabilización de redes eléctricas altamente renovables), se ha posicionado como un vector energético de gran relevancia en la agenda global.
En esté contexto, Uruguay tiene un gran potencial en convertirse en productor y exportador de hidrógeno verde y sus derivados. Según se desprendió de la Hoja de Ruta de Hidrógeno Verde, recientemente publicada. En la misma se establece su ambición, junto con los objetivos específicos para la producción y exportación de hidrógeno y derivados a corto, medio y largo plazo (2025, 2030 y 2040).
En el informe, titulado “Hidrógeno verde y el potencial para Uruguay: insumos para la elaboración de la Hoja de Ruta de Hidrógeno Verde de Uruguay” participaron el Ministerio de Industria, Energía y Minería, empresas públicas de energía (UTE y ANCAP). Además de contar con el apoyo del BID y McKinsey.
Según el análisis, Uruguay podría producir hidrógeno y combustibles sintéticos derivados del hidrógeno verde a costes competitivos utilizando parques solares y eólicos a gran escala.
Para 2030, los costos de producción pueden alcanzar 1,2- 1,4 USD/kg, con una capacidad total mayor a los 90 GW de potencia a partir de energía renovable en los sitios con mayor potencial.
A nivel económico, el hidrógeno verde y sus derivados representan una oportunidad de facturación para Uruguay de 2100 millones de dólares anuales a 2040, impulsada por los mercados de exportación de combustibles sintéticos e hidrógeno, así como por el uso de hidrógeno para la descarbonización profunda de su economía.
Por otro lado, el país también contará con costos competitivos de transporte para exportar a Europa y Estados Unidos, países que prevén la necesidad de importar entre el 35% y el 15% de su demanda total de hidrógeno y sus derivados, respectivamente, para 2030.
A nivel nacional, se identificaron seis aplicaciones del hidrógeno en el país antes de 2040: camiones pesados, autobuses, transporte marítimo, aviación (combustible sintético), carretillas elevadoras y vehículos agrícolas.
Para impulsar la economía del hidrógeno verde a nivel nacional, es necesario planificar con una mirada de largo plazo y acciones concretas. El sector público debe desarrollar las regulaciones e incentivos, analizar los aspectos logísticos, ir generando capacidades así como promover la participación ciudadana. Según se estima este tipo de desarrollo podría crear unos 34.000 empleos para 2040.
Por lo tanto, según resalta el informe, Uruguay tiene muy buenas condiciones para impulsar el desarrollo de proyectos de hidrógeno verde y derivados.
El país tiene una gran oportunidad en el desarrollo de su economía del hidrógeno, según un informe elaborado por el BID y la consultora McKinsey & Co.
Fuente: desire.salvador
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