30 años atrás nosotros vivíamos en el continente una situación diferente a la mayoría de países de América Latina. Estábamos en dictadura militar y en Centroamérica, lucha de guerrillas. Había situaciones que eran diferentes, y a pesar de eso nosotros logramos generar una instancia de alianza que nos costó. Sin embargo, había una convicción política tan sólida que nos permitía y nos llevaba al sacrificio, la unidad. La conformación de estos movimientos requiere sacrificio. Había principios todavía muy sólidos de clase.
La Vía Campesina hace una propuesta en la primera Cumbre Mundial de Alimentación cuando se reunieron los gobiernos del mundo, para enfrentar este flagelo de hambre y hacer su plan de acción en torno a la seguridad alimentaria muy manejado dentro por la propia OMC. Sin embargo las reacciones en esos momentos de estos campesinos que nos juntábamos a lo mejor por primera vez, o ya había sido la Conferencia de La Vía Campesina en México, y habíamos planteado la necesidad de luchar por la Soberanía Alimentaria como un derecho de los campesinos y con esa bandera llegamos a Roma y se hizo un lanzamiento de una propuesta al mundo; para mi percepción, es una propuesta revolucionaria.
No solamente fue una propuesta para nosotros seguir produciendo los alimentos. Fue una propuesta al mundo frente a un derecho que cruza toda la humanidad, el derecho a la alimentación y la responsabilidad que cabe a los campesinos de ser artífice de este oficio tan importante, tan noble que es como producir los alimentos de la humanidad.
Una nueva constitución en Chile y la juventud por el derecho a la alimentación
Después de la pandemia, nosotros conquistamos el hacer una nueva constitución: sacar la constitución de Pinochet. Dentro de este proceso constitucional, ANAMURI fue vanguardia. Fue vanguardia porque participamos en la elección, tuvimos nuestras candidatas, tuvimos nuestra convencionales, hicimos propuestas, hicimos movilización a través del país.
Aunque estábamos en pandemia, nos amanecimos explicándole a la gente de qué se trataba nuestra demanda, nuestro derecho a la alimentación basada en la Soberanía Alimentaria, como defendemos la agricultura campesina, la ruralidad, las leyes que tienen que garantizar a los trabajadores, la función social de la tierra, la lucha por el agua. Eso hubo que explicarlo con peras y manzanas porque nuestros constituyentes eran gente joven con mucho amor y pasión pero sin una experiencia política, sin una formación orgánica que significa mirar esto no como un proceso donde voy sino que es la vida que tiene que regirse por unos cuantos años.
La constitución más linda que se había hecho
Todos nosotros pensamos que era la constitución más linda que se había hecho y sigo pensando que la constitución del pueblo es la más linda que se ha hecho. Estos 50 años van a ser dolorosos porque va a haber que revivir unos momentos, pero el pueblo tiene que saberlo. Esta juventud tiene que conocerlo, porque esta juventud maravillosa porque los jóvenes somos así. Yo era joven para el gobierno popular y cuando tú empiezas a ver lo que nosotros hacíamos, decíamos en qué nos diferenciamos con esta otra juventud que es más tecnológica, pero con la misma pasión, con la misma devoción, con la misma entrega y con el mismo sueño. Nosotros teníamos sueño, la juventud de hoy día está privada de tener los sueños que nosotros teníamos.
Esta entrevista fue realizada por la Revista de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños – ANAP durante la III Asamblea Continental de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, CLOC-Vía Campesina del 29 de noviembre al 1 de diciembre, 2022, en el Centro Integral Niceto Perez, Guira de Melena, Artemisa, Cuba.
Fuente: Vía Campesina
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