La clave es elegir el momento y el lugar adecuado, además de una técnica eficaz de meditación.
Realizar meditación de vez en cuando es fácil, pero tomarlo como ejercicio es difícil. Y en efecto, no se pueden obtener todos los beneficios que ofrece la práctica constante.
Jack Kornfield —uno de los principales maestros de la tradición budista— explica “cómo introducir la meditación entre nuestras rutinas diarias”, teniendo como creencia que meditar es un hábito que provee de serenidad y bienestar.
¿Cómo convertirla en una rutina diaria?
Para iniciar a crear nuestro espacio, asegura que debemos “elegir un lugar adecuado para meditar”, ya que será siempre el mismo. Se debe pensar en que no es posible que haya interrupciones y debe ser cómodo (se puede ambientar).
Una vez realizado lo anterior, recomienda comenzar con 10 minutos, reservando un horario para todos los días, eligiendo cuál será el más apropiado a tu agenda. Creado el hábito, se podrá aumentar el tiempo de meditación.
Otras indicaciones imprescindibles son: hallar la postura de manera prolija y reconfortante (sentado con la espalda recta), respirar profundamente tres veces (observar y atender la respiración), no dejarse llevar por los pensamientos (volver la atención a la respiración) y, recuerda tu objetivo (con el tiempo se naturalizará la actividad).
Es importante en nuestras vidas agitadas, tener un momento para nosotros y nosotras, bajar las ansiedades y regular el estrés. Vivimos en una época en la cual reaccionamos, dejando de lado la acción serena y consciente. Por eso, meditar ayuda a vivir el hoy, a ser compasivos y empáticos, a mejorar nuestra salud y, a purificar nuestra mente.
Fuente: Cuerpo y Mente.
Fuente foto: Refugio del Alma.
Gisel Andrea Brito.
Fuente: #RedactáBuenasNoticias
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