La mosca tse-tsé, a pesar de conocerse como la «mosca del sueño», no propicia sueños reparadores (a no ser que consideres la muerte como el Sueño Eterno).
Su mordedura transmite un parásito mortal, el tripanosoma, que ataca el sistema nervioso de sus víctimas. La enfermedad que transmite se conoce como «enfermedad del sueño», pero en realidad la tripanosomiasis (que así se llama de verdad) no solo perturba los ciclos del sueño, sino origina trastornos sensoriales, motores, psíquicos y finalmente neurológicos que conducen a la muerte.
El sueño eterno
La tripanosomiasis humana africana, también conocida como enfermedad del sueño, es una enfermedad parasitaria dependiente de un vector para su transmisión. Los parásitos involucrados son protozoos pertenecientes al género Trypanosoma, transmitidos a los humanos por picaduras de la mosca tse-tse (género Glossina) infectadas al alimentarse de humanos o animales que hospedaban al parásito.
Esta mosca dedica nada menos que 250 genes a garantizar que su saliva facilite la ingestión de sangre humana sin estorbos; pero el tripanosoma que lleva dentro ha evolucionado para disminuir la eficacia chupadora de esa saliva.
Es la maquiavélica estrategia del parásito para obligar a su mosca huésped a morder a más y más personas para obtener su alimento, y garantizarse a sí mismo una propagación más eficaz.
Continente pobre
El tripanosoma también es una de las enfermedades más devastadoras del África subsahariana, con un 80% de muertes de las víctimas infectadas. Perjudica a un total medio millón personas, mata anualmente a tres millones de cabezas de ganado y reduce la productividad de los animales enfermos. Y no existe ninguna probabilidad a mediano plazo que se obtenga una vacuna y los pocos tratamientos disponibles hasta la fecha son muy tóxicos.
Tan importante es para África la mosca del sueño que incluso existen teorías que responsabilizan a la misma que todo el continente haya sido siempre estructuralmente pobre.
La explicación de esta teoría radica en el hecho de que los pueblos necesitan de animales de carga para obtener excedente de producción y, por extensión, tiempo libre, lo que facilita el progreso en las demás áreas, como la cultura o la innovación. En África, no obstante, no ha habido animales de carga porque se morían debido a la picada de la mosca del sueño. En el resto del mundo, sin embargo, se lograron domesticar caballos y burros, lo que permitió multiplicar la capacidad de producción.
En cualquier casa normal encontraremos moscas de tantas especies diferentes que si hay diez, cinco serán diferentes entre sí
El equivalente de un caballo o un burro en África es una cebra, pero si bien la cebra sí que sobrevive a la tripanosomiasis porque su patrón de rayas en el cuerpo confunde a la mosca tse-tsé, la cebra no es domesticable.
Así que no penséis que vais a quedaros dormidos si os pica una mosca tsé tsé. Lo que va a pasar es que dormiréis para siempre, siendo eufemísticos.
Fuente:Sergio Parra
Xataka Ciencia
