Lanzan un nuevo centro de auxilio y acompañamiento familiar en Ecuador, iniciativa que tiene como protagonista a las Familias Misioneras de los Corazones Eucarísticos (Famice)

Ayuda emocional y espiritual a mujeres embarazadas, parejas, personas de la tercera edad, jóvenes y también enfermos que necesiten contención. En este público es que se focaliza la propuesta que se anunció en estos días de parte de la Arquidiócesis de Guayaquil en su sitio web.

Se trata de un nuevo centro de auxilio y acompañamiento a cargo de religiosas en Ecuador y que lleva por nombre: “No estás solo”.

“La ayuda que se brinda se basa en la espiritualidad de nuestros apostolados que es la triple escucha a través de la palabra, del prójimo y de la oración contemplativa. Desde nuestra fragilidad humana pretendemos ser los brazos y el corazón de Dios para abrazar a nuestros hermanos que lo necesiten”, expresó la religiosa Fabiola Endara, coordinadora de Famice, reproduce el portal de la Iglesia en Guayaquil

Lo que la pandemia está dejando

El coronavirus sigue golpeando con fuerza a varios países de América Latina. En el caso de Ecuador sucede también en medio de algunas confusiones y esperas con respecto al plan de vacunación.

Pero más allá del aspecto sanitario, sin lugar están siendo varios los efectos colaterales que merecen atención, principalmente con mirada hacia los más vulnerables. Con ese ánimo es que actúan las religiosas de Famice. Lo hacen buscando auxiliar a las personas en medio de las cosas que está dejando la pandemia.

Es ahí donde aparecen las personas que han perdido familiares y amigos, además de las consecuencias derivadas tras confinamientos. Incluso otras dificultades que van desde lo económico hasta complicaciones emocionales dentro de las familias. Esto ya sea en relaciones de parejas u entre padres e hijos.

¿Cómo es el proceso?

“Inicia con la identificación del caso, que se puede enmarcar en matrimonios con problemas de hogar, personas que se sienten solas, ancianos o enfermos abandonados. Luego se las deriva a grupos de ayuda donde se identifican sus necesidades emocionales; y según la complejidad se los puede derivar con profesionales (médicos, psicólogos). Finalmente” se los encamina hacia el acercamiento a Dios a través de los Sacramentos y las Sagradas Escrituras

Por último, se recuerda que gracias a la casa de acogida San Juan también se ofrece colaboración a mujeres embarazadas que estén en riesgo de abortar o con dificultades económicas para sobrellevar el embarazo.  “Se les brinda cuidados ambulatorios con atención médica, psicológica, espiritual y capacitaciones para emprendimientos”, se recuerda.

Hasta aquí una propuesta en pandemia digna de mirar y que también está siendo reproducida, en diversos niveles y tonos, por otras tantas organizaciones a lo largo y ancho del continente que buscan tratar de aliviar tanto dolor derivado de la gran crisis que atraviesa la humanidad.

Fuente:Pablo Cesio
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