PLANES Y OBJETIVOS PARA PROGRESAR
Los últimos días de diciembre, o los primeros de enero, suelen ser buenos momentos para la reflexión, la introspección y el análisis. El sabor muchas veces es agridulce, ya que suelen ser muchos los objetivos que nos marcamos o una meta muy ambiciosa para llegar y cuando las metas son ambiciosas no siempre las historias terminan con el final feliz esperado, pero si aproximándonos lo más posible a ese anhelo
En algunas ocasiones no se calcula con certeza y claridad la intensidad de energía o el nivel de esfuerzo que vamos a tener que dedicar para alcanzar esa meta.
En otras ocasiones la meta no está escrita o no es realmente clara, o tal vez no es lo suficientemente importante para quién se la propuso y, por ende, no le da la potencia necesaria para que se transforme en una realidad.
Los motivos son varios pero comencemos a analizar cómo es que este tejido de anhelos y de resultados se puede plasmar en la realidad.
Primer paso: Ser honestos con nosotros mismos. Preguntarnos exactamente qué queremos conseguir y meditar sobre esa pregunta. Qué es lo que queremos alcanzar y dónde queremos llegar, pero con mucha claridad y precisión. La respuesta tiene que ser precisa, clara y cuantificable. Allí nace la meta (la línea de llegada).
Segundo paso: Trazarnos objetivos. A diferencia de la meta que es donde queremos llegar los objetivos son puntos intermedios, escalones o pequeñas islas para ir saltando de lugar en lugar, siempre enfocados en la dirección hacia dónde queremos ir. Por ende nuestros objetivos, ya sean semanales o mensuales, deben ser muy claros, y para tener claridad y precisión necesitamos tiempo con nosotros mismos para planificar y pensar cómo vamos a dar esos pasos (esos objetivos) hasta llegar a nuestra meta (línea de llegada).
Tercer paso: El plan. Además de tener una meta clara y puntos intermedios que nos vayan acercando a esa dirección, necesitamos saber qué es lo que vamos a hacer en cada escalón o en cada objetivo, para lo cual es importante confeccionar un plan corto, breve y sencillo, pero un plan al fin.
Supongamos que queremos hacer un viaje en bicicleta desde Buenos Aires a Mar del Plata. Son 413 kilómetros y más de 20 horas de viaje por ese medio. Tal vez la forma correcta sería establecer algunos objetivos intermedios como por ejemplo llegar a El Rodeo, en Ruta 2 y, según mi plan, ahí tendría que hidratarme, descansar, comer algo, incluso auto motivarme y seguir a mi segundo objetivo que es Chascomús. Allí podría cambiar de calzado, revisar la cadena de la bicicleta, descansar un par de horas, hidratarme nuevamente y seguir a mi tercer objetivo que sería llegar a la ciudad de Dolores.. En Dolores, una vez más revisaría el plan y luego iría por el próximo tramo y así hasta llegar a la meta que es la ciudad de Mar del Plata.
Éste ejemplo puede aplicarse a cualquier orden de nuestra vida personal y, por supuesto, comercial. La clave para salir de la mediocridad es marcarse objetivos claros en la vida y acercarnos lo más posible a nuestra meta y cruzar esa línea de llegada.
Y, antes que nada, debemos creer en nosotros mismos. No poner las excusas de la economía nacional, ni del gobierno de turno, ni el contexto mundial con relación a los conflictos, etc. Recordemos que todo lo que va a pasar en este 2023, absolutamente todo, depende de nuestra toma de decisiones, de motivarnos, incluso premiarnos, darnos aliento y ánimo y, sobretodo, entender que de la calidad de nuestros pensamientos van a depender nuestros resultados. Debemos repetirnos constantemente que merecemos tener buenos resultados. El éxito este año es algo que vamos a tener gracias a la persona que nos vamos a convertir, por eso es tan importante que con el comienzo del nuevo año nos fijemos claramente los objetivos que nos lleven a la meta y un plan que encause o encarrile ese accionar
Es seguro que se puede. Vale la pena tener un presente mucho mejor y, por supuesto, un futuro mucho más próspero ya que somos argentinos, somos resilientes, somos fuertes y valientes, como así también muy creativos y estamos en un país muy pujante.
No debemos permitir que nadie apague esa música que hay dentro nuestro. Recordemos que se puede y que depende de nosotros mismos.
Un próspero y productivo 2023!
Fuente: Daniel Adler
Especialista en Educación Financiera y Emprendedurismo