Materiales hasta ahora exclusivamente duros y rígidos también pueden ser blandos, gracias a esta nueva técnica para producir una suerte de «imanes líquidos», unos imanes flexibles ha sido desarrollada a través de unas gotas de líquido magnéticas que podrían proporcionarnos en un futuro una clase revolucionaria de dispositivos líquidos imprimibles para una variedad de aplicaciones.
El hallazgo se detalle en un artículo publicado en la revista Science por parte de un equipo liderado por el científico de materiales Thomas Russell, de la Universidad de Massachusetts Amherst.
Gotas magnéticas
Desde células artificiales que brindan terapias dirigidas contra el cáncer hasta robots líquidos flexibles que pueden cambiar su forma para adaptarse a su entorno, son muchas las aplicaciones potenciales de este nuevo material, que para su concepción se utilizó nanopartículas de óxido de hierro en una mezcla especial de polímero y aceite para transformar el ferrofluido paramagnético en el estado ferromagnético a temperatura ambiente. De resultas de la interacciones de la mezcla de nanopartículas y polímeros, la gota resultante posee propiedades magnéticas semejantes a los imanes sólidos pero con características líquidas.
Un nuevo material cuántico cambiará nuestros smartphones
El propio Rusell señala que las aplicaciones de algo así pueden ser revolucionaras. Las nuevas gotitas de líquido ferromagnético reconfigurable que describen ofrezcan más posibilidades de este tipo, como la robótica de líquidos accionada magnéticamente, los recipientes de líquidos para suministrar materia activa y la tecnología de la información con patrones de gotas de líquido programables:
Hace mil años, los viajeros europeos utilizaron brújulas hechas de magnetita excavada en la Tierra para explorar y descubrir nuevos continentes. Durante siglos, las personas aprendieron a construir dispositivos magnéticos inteligentes para mejorar la calidad de vida. A tales saltos en la ciencia y la tecnología siempre les sigue una aparición repentina de un nuevo material o teoría.
Fuente:Sergio Parra
Xataka Ciencia