Recientemente, dos investigadores de la Universidad de Turín en Italia publicaron un documento en el que afirman que la vitamina D desempeñaría un papel importante en la prevención del Covid-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (Sars-CoV-2). Según ellos, se observó una alta prevalencia de la deficiencia de la sustancia entre los pacientes hospitalizados con la infección.
No pasó mucho tiempo antes de que el tema llegara a los titulares de los vehículos de comunicación de todo el mundo. Después de todo, es fácil obtener vitamina D: basta con exponerse al sol diariamente, durante unos 15 minutos, o recurrir a suplementos. El presidente Jair Bolsonaro incluso declaró que no cobraría impuestos sobre los suplementos vendidos en las farmacias.
Pero para el endocrinólogo Sérgio Setsuo Maeda, presidente de la Sociedad Brasileña de Endocrinología y Metabología – Regional de São Paulo (SBEM-SP), hay que tener mucho cuidado en la interpretación de la información. Los médicos italianos no han publicado sus hallazgos en ninguna revista científica; no se sabe, por ejemplo, cuántos pacientes fueron evaluados y cuáles fueron exactamente sus niveles de vitamina D. «Pasaron un mensaje, pero sin datos para probarlo. Todo es especulativo», resume el doctor.
Además, Maeda recuerda que la literatura científica está llena de tales relaciones. En otras palabras, es posible encontrar una multitud de investigaciones que asocian la deficiencia de vitamina D con varios tipos de enfermedades, no sólo con el Covid-19. «Pero eso no es suficiente para probar que la falta de sustancia es la causa de una enfermedad en particular», enfatiza.
El médico también señala que en 2017 se publicó uno de los estudios más citados hasta la fecha sobre los efectos de la suplementación de vitamina D fuera del hueso, ya que se ha demostrado que la sustancia es importante para el esqueleto. En ella, los científicos analizaron varias revisiones, es decir, compiladas de varias investigaciones con metodologías similares, un modelo considerado muy fiable.
Entre otras cosas, los autores encontraron que el uso de la sustancia incluso demuestra ventajas contra las infecciones respiratorias. Pero sólo entre individuos con niveles realmente bajos de la vitamina.
«Y el beneficio ha aparecido para la infección del tracto respiratorio superior«, añade Maeda. Es decir, sólo en aquella situación en la que la nariz y la garganta se ven afectadas, causando estornudos, tos y secreción nasal. Sin embargo, lo que más preocupa al nuevo coronavirus es el ataque a los pulmones, que puede generar neumonía.
Para el médico, las pruebas científicas disponibles hasta el momento no justifican la suplementación de vitamina D para la población general con el fin de proteger a alguien de Sars-CoV-2. Y grandes cantidades pueden causar intoxicación», advierte el presidente de la SBEM-SP.
Ahora que es válido mantener los niveles apropiados de la sustancia en nombre de la salud, esto no se discute. Como hemos mencionado, está estrechamente relacionado con la salud de los huesos. Esto se debe a que ayuda a la absorción del calcio, el mineral indispensable para el esqueleto. En la dosis correcta, también contribuye al funcionamiento del sistema inmunológico.
Para asegurarse de que se obtiene, no hay que hacer nada de otro mundo. Maeda sugiere exponer los brazos y las piernas a los rayos del sol durante 5 a 15 minutos, dependiendo del tono de la piel. Puedes hacer esto en el balcón, en el patio o en la ventana.
Fuente: Yuleima
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