Entre el trabajo y los compromisos familiares, puede resultar difícil entablar relaciones significativas con otras personas, especialmente para los hombres. Sin embargo, es vital para una buena salud mental poder tener amigos y abrirse a alguien fuera de nuestros círculos familiares y laborales habituales.
Afortunadamente, en la fe católica ya existe un sentido de comunidad derivado de una religión compartida. Y esto se presta naturalmente a grandes amistades en las que la gente puede abrirse a los demás en confianza. Sin embargo, si necesitas consejos que te ayuden a fortalecer algunos lazos entre hombres, al tiempo que refuerzas tu fe, aquí tienes algunas formas estupendas de conseguirlo:
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REZAR JUNTOS, PERMANECER JUNTOS
Sugiérales que reserven un tiempo para rezar juntos. Puede ser algo tan sencillo como unos minutos de oración en silencio o rezar juntos antes de una comida o incluso de un partido. Esto crea una atmósfera cómoda en la que los hombres pueden sentirse más inclinados a compartir sus luchas o alegrías.
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NOCHES DE COCINA
¿Por qué no aprovechar las fiestas especiales como excusa para reunirse y cocinar desde cero una comida católica tradicional, como pasta casera o un buen guiso? Esta actividad no solo fomenta el trabajo en equipo y la camaradería en la cocina, sino que también brinda la oportunidad de compartir anécdotas y risas en torno a una deliciosa comida.
3
LAZOS FRATERNALES EN TORNO A LA CERVEZA
Arma una «Noche de hombres» con un poco de camaradería católica a la antigua usanza. Ya sea tomando una cerveza (o bebidas sin alcohol, si se prefiere) o durante una barbacoa, los ambientes relajados de este tipo pueden conducir de forma natural a conversaciones más profundas.
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AVENTURAS AL AIRE LIBRE
Organiza una excursión de un día para hacer senderismo, acampar o pescar en la naturaleza. Pasar tiempo al aire libre permite mantener conversaciones significativas mientras se disfruta de la belleza de la creación. Incluso puedes incorporar momentos de reflexión y oración en medio de la serenidad del entorno.
5
BUSCAR EL PERDÓN EN EQUIPO
Confesarse no siempre es una de nuestras prioridades, y a algunas personas les resulta difícil o intimidante entrar en un confesionario. Sin embargo, poder confesar los pecados no solo es bueno para el alma, sino que también libera nuestro corazón. Pueden animarse mutuamente fijando un momento en la agenda para ir juntos a confesarse. Una vez que todos hayan recibido el sacramento, pueden continuar el día con el alma recién purificada y la mente en paz… ¡y tal vez jugando al baloncesto!
6
GRUPO DE LECTURA CON UN TOQUE ESPECIAL
Crea un grupo de lectura centrado en la literatura católica o en libros sobre crecimiento espiritual. Túrnense para seleccionar lecturas y comentarlas durante el almuerzo en su lugar local favorito. Es una oportunidad para profundizar en tu fe mientras conectas a nivel personal a través de ideas y reflexiones compartidas.
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PROYECTOS DE SERVICIO
Trabajen juntos como voluntarios en un comedor social, un albergue para personas sin hogar o un huerto comunitario. Servir a los demás fortalece los lazos mientras trabajas por el objetivo común de tener un impacto positivo en tu comunidad. Además, es una oportunidad para vivir los valores de compasión y solidaridad que enseña la fe católica.
8
HACER UN RETIRO ESPIRITUAL
Ahora bien, si puedes encontrar tiempo lejos de la familia y el trabajo, un retiro espiritual es una forma maravillosa de forjar amistades duraderas y conseguir espacio mental para reflexionar sobre tu fe. Aunque puede ser difícil de organizar si tienes obligaciones familiares, merece la pena intentar programarlo si es posible.
Fuente: Cerith Gardiner
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