
Durante el Foro Económico Internacional de América Latina y el Caribe (CAF/WIP 2025), numerosos líderes del sector privado subrayaron esta urgencia con claridad. Astrid Schomaker, secretaria ejecutiva del Convenio sobre Diversidad Biológica, advirtió que “44 billones de dólares de la economía mundial dependen de que la naturaleza se mantenga saludable”, exhortando a que gobiernos y empresas colaboren bajo esta perspectiva. Desde la banca, Mario Pardo (BBVA Colombia) resaltó el éxito de recaudar 50 millones de dólares para financiar biodiversidad en apenas cuatro meses, reflejando el potencial de acción rápida del sector.
En definitiva, el informe «Peligro y promesa» señala el urgentísimo deber de actuar desde múltiples frentes —político, social, empresarial— para transformar la amenaza climática en una oportunidad de innovación, equidad y crecimiento sostenible. El sector privado, con su capacidad de inversión, innovación y escala, tiene una responsabilidad histórica: liderar este cambio en América Latina y el Caribe.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presenta en su reciente informe «Peligro y promesa» una dualidad tan clara como urgente: el cambio climático es hoy la mayor amenaza para América Latina y el Caribe, pero también puede convertirse en una palanca de desarrollo si lo aborda con visión estratégica. En la región, las emisiones derivadas de la agricultura, silvicultura y uso del suelo representan el 48 % del total —muy por encima del promedio global— y, a la vez, ofrecen un terreno fértil para inversiones que impulsen la regeneración ecológica y la resiliencia.
Fuente: desire.salvador
ComunicarSe

