El relato de una joven que luego de ser diagnosticada con la enfermedad de Lyme, cambio la perspectiva de su vida.
Lauren Rothman es una periodista que sufre de una enfermedad muy frecuente entre aquellas personas que viajan constantemente por diferentes lugares naturales. A los 30 años los médicos le diagnosticaron la enfermedad de Lyme y su vida cambio por completo.
“Es lunes por la mañana y, a medida que salgo del sueño y broto a la superficie de la consciencia, empiezo a sentir el dolor. Esa sensación de ardor en los pies. El dolor profundo en mis huesos. El agarrotamiento de todos mis músculos y articulaciones”, describe la joven.
Antes de que la enfermedad se desarrolle ella tenía como hobbie salir a bailar al finalizar la semana y luego en las mañana de sus días libres realizaba largas excursiones en bicicleta.
Todo comenzó hace un año y medio atrás cuando comenzaron manifestarse los primeros síntomas, luego de que una garrapata la picara. El dolor en el cuerpo, la constante sensación de cansancio hicieron que de pasar de ser una persona muy active se quedará acostada todo el día en su cama.
Ella tomó la decisión de ir al médico y allí fue que se encontró con la sorpresa de que padecía la enfermedad de Lyme. “Me diagnosticó un médico después de hacerme un análisis de sangre específico en la facultad de medicina de la Universidad Stony Brook de Nueva York”, narra la joven.
Sobre el diagnostico de su enfermedad Rothman señala: “La comunidad médica todavía no se pone de acuerdo en lo que implica esta enfermedad y ni siquiera hay consenso en que exista”.
El drástico cambio que le produjo la enfermedad en su estilo de vida la obligo a tener que dejar de trabajar y de realizar las actividades que más amaba. Pero a pesar de ello, pudo encontrarse con una inesperada compañía.
“Cuando quedó claro que mi caso de Lyme era grave e iba a alterar radicalmente mi vida, limitar mis capacidades de trabajar, de hacer recados y de salir de casa, esperaba que mis amigos (algunos de toda la vida) abarrotaran mi casa con comida sana hecha por ellos y se ofrecieran a ayudarme con la colada y el resto de mis tareas”, describe ella sobre sus espectativas.
Esto no sucedió que como Rothman creía lo que la llevó a encontrarse con otras personas quienes en el día a día la ayudaron a superar la enfermedad.
“No digo todo esto para dar pena: mi enfermedad me ha permitido recurrir a reservas profundas de resiliencia y fortaleza que no sabía que tenía. En cuanto superé la impactante realidad de que mis amigos no eran capaces de estar ahí para mí, he sido capaz de salir adelante yo sola echando mano de mi fortaleza”, sostiene ella.
Al encontrarse con la imposibilidad de salir de su casa decidió unirse a Facebook y comenzar a entablar relación con diferentes personas de todo el mundo. Es así que logró conseguir el apoyo que necesitaba para salir de su enfermedad.
“cuando me quedó clara la gravedad de mi enfermedad, me uní a grupos de Facebook y encontré a muchas personas con el mismo problema en Instagram. Aunque a la mayoría no los conozco en la vida real, he quedado con unos cuantos de la zona de Nueva York, ha sido una experiencia maravillosa y se han convertido en mi clan”describió Rothman.
Fuente: “Mi enfermedad me demostró quiénes son mis verdaderos amigos”. Por Salud 360.