Las vacunas se producen típicamente en sistemas bacterianos o eucariotas y han demostrado ser muy eficaces. Sin embargo, tienen altos costos de producción.
Las vacunas a base de plantas, sugieren un par de investigadores de la Université Laval, Quebec, sería mucho más barato de producir y también podrían tener otros beneficios.
Ventajas vacuna vegetal
En lugar de biorreactores, las vacunas a base de plantas podrían cultivarse en campos como cultivos. Otro beneficio proviene de la propia naturaleza de las plantas: no pueden infectarse con los tipos de patógenos humanos que conducen a la necesidad de vacunas.
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Además, los citados investigaciones han demostrado que las vacunas a base de plantas tienden a producir una respuesta inmune más fuerte que las que se preparan de otras formas. Y las vacunas a base de plantas tienen mayores rendimientos que otros métodos. Y finalmente, en algunos casos, las vacunas a base de plantas podrían administrarse directamente como un producto alimenticio, sin necesidad de extraerlas ni procesarlas.
Los autores señalan que la fabricación de vacunas a base de plantas no es algo inaudito; hay una que se está produciendo y utilizando actualmente para tratar la enfermedad de Gaucher. Además, justo antes de la actual pandemia de COVID-19, una vacuna a base de plantas para la influenza se abrió camino a través de los ensayos clínicos de Fase III con resultados prometedores. Y en este momento, un equipo está trabajando en una vacuna a base de plantas para COVID-19.
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Sugieren así que los organismos reguladores gubernamentales de todo el mundo deben familiarizarse más con los beneficios de las vacunas a base de plantas, de modo que se puedan redactar directrices para promover este enfoque si las vacunas a base de plantas se van a convertir en un nuevo estándar.
Fuente: Sergio Parra
Xataka Ciencia